En un tiempo la construcción de una casa, solo significaba la colocación de cuatro paredes y la organización del espacio que hiciera funcional las necesidades de quienes habitarían el lugar.
Hoy en día en un mundo que se nutre de diseño, sigue tendencias y gustos, lo anterior ya no es suficiente.
Contar con la ayuda de un diseñador de interiores, que sea capaz de reestructurar los espacios desde su planificación, le permite el máximo aprovechamiento de todos los espacios de acuerdo a las necesidades y a los componentes de la familia, también hay que saber amueblar y gestionar los espacios con personalidad propia.
El diseñador de interiores "Resuelve creatívamente" estos problemas. El consejo de este es sin duda un valor añadido que permite darle la atmósfera y calor que se desea para responder lo mejor posible a las necesidades de estilo y funcionalidad con el entorno.
El uso de telas, colores y materiales, tienen un papel importante en el resultado final, la creatividad y experiencia del diseñador de interiores, sin duda pueden contribuir a armonizar el conjunto que tenga en cuanta los gustos que el propietario requiera.
Si bien una pieza de diseñador resalta el prestigio de nuestra casa, no hay que olvidar que son el buen gusto y la armonía lo que hace la diferencia. Hay casas que tienen muebles y objetos de valor pero no comunican nada y están dispuestos de una manera que parecieran piezas de museo; de la mano del diseñador se hace que sea mas agradable el espacio, por que sabe que combinar, que modificar, que eliminar, que añadir y sobre todo, los detalles que son la "cereza del pastel" de la decoración.
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